Momentúm - El diario de Tristen Darksley

Hace 27 meses en el pasado

Shadow quitó la vista de su libro “Rainbow Dash visita Cloudsville versión gore” para mirar a su alrededor. Su taza de café negro seguía burbujeando, y unas pantuflas con la cara de Sonic, regalo de Silver, estaban cerca del sillón, esperando ser usadas por el erizo negro de vetas rojas. Todo estaba demasiado de tranquilo… muy tranquilo.

¿Cuándo fue la última vez que habló con su novia? ¿Cuándo fue la última vez que la tuvo en sus brazos?

De repente Shadow recordó que se iban a encontrar esa noche. Tomo su celular y marco. El holograma de la pantalla mostraba un video de Tristen en un lindo vestido de primavera color blanco, posando sobre un puente rojo, el viento revoloteando sus púas negras.

—Hola amor— Tristen apareció en la pantalla holográfica, dando un bostezo y arreglando unos papeles

—¿Estás bien?

—¿Tanto se nota que no he dormido?

Shadow sonrió un poco. Tristen pasó sus manos por sus largas púas.

—Me vas a matar si te respondo…

—Muy gracioso… ¡Maldita sea, nos teníamos que encontrar hace media hora! Olvide que regresaste ayer, lo siento…

—Descuida, yo también lo olvidé, ¿que has estado haciendo con todos esos papeles?

—¿Te cuento mientras me acompañas a comprar maquillaje?

La eriza morada había saludado de manera muy efusiva a Shadow, pero luego de eso andaba realmente callada. Shadow observaba como Tristen trataba de decidir entre dos botellas moradas, que honestamente para él tenían el mismo color. Pero esta vez Tristen no le preguntó cuál se parecía más a su tono de pelaje.

—Se supone que el callado de la relación soy yo…

—Es que estos colores son tan idénticos que nunca sé cuales elegir y…— Tristen no pudo terminar la excusa que iba a decirle a su novio, ya que este posó su mano en la mejilla de ella, acariciando sus ojeras.

—Te recuerdo que puedes contarme lo que sea…

—En serio no te merezco…

Shadow enarcó los ojos.

—Estoy bien— habló Tristen cerrando los ojos, dejando que las caricias de Shadow la calmaran, era exactamente lo que necesitaba. Demonios no, necesitaba tenerlo encima de ella y descargar todo el estrés que tenía, pero estaba realmente exhausta hasta para pensar en eso. 

—No pareces estar bien, es como si estuvieras cargando con el peso del mundo sobre tus hombros… tú no eres así.

Tristen abrió los ojos y divisó a dos conejas, que parecían ser hermanas, tomándoles fotos sin siquiera disimular. Era bastante difícil ser una figura pública en Mobius. Shadow siguió la mirada de Tristen. Y esta les saco la lengua a las chicas.

—Ven, vamos a pagar esto.

Shadow llevaba en manos la pequeña bolsa con los productos de belleza que él pagó, y en su otro brazo a Tristen quién miraba distraída los escaparates de las tiendas. No era normal que ella estuviera tan callada. Pero entonces, Tristen se paró en frente de una tienda de bebés, la congoja se notaba en su rostro.

—¿Tris?

—¿Qué harías si supieras que un bebé inocente nacerá con deficiencias?

La pregunta tomó por sorpresa a Shadow. 

—¿Están Rouge y el bebé bien?

—No, no, no!— hablo Tristen rápidamente agitando los brazos y mirando al erizo que la sobrepasaba por varios centímetros, a pesar de que llevaba sus botas con tacones — ...no lo decía por Rouge y su embarazo… Solo es una pregunta… retórica? ¿Sabes qué?— habló Tristen soltando un suspiro y alejándose de la tienda de bebés. Shadow la siguió — Ignora lo que te acabo de decir…

—Amaría a ese bebé y mi prioridad sería hacer lo posible para que su vida fuera cómoda, eso haría.

Tristen se volteo a ver a Shadow. Pudo notar que estaba un poco sonrojado o tal vez su falta de sueño ya le estaba jugando varias bromas pesadas. Aún así sus palabras llenaron de calidez su corazón.

—Yo haría exactamente lo mismo… — fue lo único que la eriza pudo decir.

Ahora la habitación de Rouge era algo así como una estación de juegos. Shadow se tomó la muy importante labor de eliminar todo rastro de la murciélago de esa habitación, y ahora habían varias consolas de juegos, fotografías del Ark y el espacio en las paredes, dos arcades y un enorme y cómodo sillón que Shadow y Tristen ya habían usado muchas veces, si sabes a qué me refiero.

Y justo eso pasó por la cabeza de Shadow. Si Tristen no hablaba del embarazo de Rouge…

Bajo la mirada, la eriza morada de púas negras estaba acurrucada como un burrito a su lado, durmiendo plácidamente. Shadow posó su mano sobre el vientre de Tristen… y si?

—No estoy embarazada, relájate…— hablo Tristen en un susurro que tomó por sorpresa a Shadow —Ya te dije que era una pregunta retórica...

—No lo parecía…

La eriza esbozó una sonrisa mientras posaba su mano sobre la de Shadow. 

—¿Segura que estas bien?

Tristen no respondió. Shadow suspiro y siguió viendo la televisión, sin dejar de acariciar el vientre de su novia.

Presente

—Lo siento por reírme en un momento así, pero no puedo creer que pensaras que Tristen estaba embarazada— Blaze reía entre lágrimas que aún se secaban

—No puedes culparme, teníamos relaciones a cada rato… 

—Eso es mucha información, gracias

Shadow bufo

—Aún así, el último mes ella andaba más y más distante. Debí haber sabido que estaba tramando algo… 

—Supe que tuvieron una pelea bastante fuerte por eso

Shadow quedó en silencio mirando a las colinas que estaban a lo lejos. Nunca se iba a perdonar por haber peleado con Tristen aquella noche.

—¿Qué te dijo?

Blaze miró de reojo a Shadow y luego suspiró.

Hace 24 meses en el pasado

Blaze y Amy dieron un respingo al ver el destello de luz que apareció en la cocina de la eriza rosada.

—Yo no necesito contarle todo a Shadow, ¿ustedes le cuentan todo a Sonic y Silver? Estoy segura que no…

Amy miro preocupada a Blaze y luego volvió la mirada hacia donde su amiga

—Primeramente, hola?

—Lo siento chicas, hola…

—¿Qué sucedió?

—Shadow y su preocupación sucedieron…— Tristen apuntó a la nevera de Amy y la abrió para sacar una lata de soda de uva. Bebió todo el contenido de la lata y la arrojó al bote de reciclaje —Es que… detesto que me presionen para contar algo que no quiero contar, le dije mil veces que estoy bien e insiste, porque según él, no me veo bien. ¡Estoy mejor que nunca! Detesto que me trate como si no supiera cuidarme a mí misma… 

—Tú no sabes cuidarte a ti misma— hablo Blaze aguantando la risa, Tristen solo la miró con desdén. Suspiro y desapareció detrás de un halo de luz turquesa. 

Presente

—Esa fue la última vez que la vi— la gata morada jugaba con sus brazos mientras hablaba —Desde ese día no compro soda de uva… solo ella toma soda de uva.

Shadow  junto sus rodillas a la altura de su pecho, seguía mirando al horizonte, hacia las colinas. No lo hacía porque pensaba que Tristen no sabía cuidarse, aunque eso era debatible, para él, ella era la eriza más fuerte que jamás había conocido. Y eso era una de las tantas cosas que amaba de ella… era demasiado resiliente. Simplemente estaba preocupado, porque su humor y estrés estaban por las nubes. Pensaba que si hablaban juntos sobre lo que le pasaba, tal vez  podría ayudarla… aconsejar quizá… 

Shadow suspiro.

—¿Dónde pensabas iniciar la búsqueda?

Blaze miro con sorpresa a Shadow

—En su diario… de seguro debe seguir en alguna parte de su habitación o su antiguo apartamento. 

Ese plan no le gustaba al erizo.

—Aún no me has contado qué fue lo que viste aquella noche…

—Te cuento en el camino— Shadow se puso en pie y tomó a Blaze de la mano. Ambos desaparecieron detrás de un halo de luz.